Cuidar los pies en verano

En verano dedicamos una especial atención a la piel de la cara o del cuerpo, cambiando los productos dependiendo de la estacionalidad. Pero también es necesario poner el foco en zonas sensibles, como los pies, que nos cuesta tanto volver a mostrar tras muchos meses a cubierto.

Según los podólogos “soportan todo el peso corporal y deben cuidarse todo el año” por esta razón con la llegada del calor, hay que extremar la precaución. “Los hemos llevado habitualmente tapados, así que corremos nuevos riesgos, desde la sudoración propia de estas fechas de más calor a la humedad en lugares de baño, que conlleva posibles infecciones, generalmente por hongos

Mimar los pies no es sólo una cuestión estética, sino también de salud. Las altas temperaturas invitan a desterrar botas y zapatos para desempolvar sandalias y chanclas pero no es conveniente abusar de ellas. Debemos usar un calzado adecuado que nos sujete correctamente el pie y pensar en materiales transpirables. Ciertas alteraciones, como los juanetes, se deben a la utilización reiterada de zapatos de tacón altos, pese a que exista un componente genético.

Estable y confortable” son los dos requisitos a la hora de calzar el pie y equivocarnos puede causar deformaciones, problemas de apoyo, rozaduras o, incluso, más graves de rodilla, cadera y columna que debe tratar el traumatólogo.

Un calzado es inadecuado cuando no se adapta a la actividad que se va a desarrollar, es el calzado el que debe adaptarse a nosotros y no nosotros a él.

En caso de que se practique ejercicio físico, la elección es aún más clave. “Hay que tener en cuenta nuestra composición corporal (peso, índice de masa corporal -IMC-…) y la dedicación que vamos a tener en la práctica deportiva”. No hay que dejarse llevar tanto por el precio como por la protección. “Lo que cuestan unas zapatillas no siempre va acorde con la calidad de las mismas. El calzado correcto ayuda a evitar lesiones”.

¿Y si tengo que trabajar de pie?

Le recomiendamos que se mueva para evitar alteraciones de la circulación de las piernas y sobrecargas musculares. Los pies son el medio de transporte y no hay posibilidad de cambio”. Las personas diabéticas deben estar especialmente atentas: Mirarse todos los días los pies y procurar no tener heridas.

Unos pies mal cuidados son desagradables.

Hay que enfatizar en la higiene y realizar al menos dos pedicuras al mes para mantenerlos libres de células muertas y así quitar aquellas partes que afean la piel, como los callos.

Si durante el día es incómodo aplicar crema hidratante, al llegar la noche lávelos concienzudamente para eliminar la suciedad y residuos que pueden acumular por el uso de sandalias muy bajas. Aplique después una crema especial para pies secos y póngase unos calcetines para mejorar la penetración del producto.